CARAJITOS DEL PROFESOR BY LALOLE

La mejor galleta del mundo! Para mi gusto claro está! Y además es "Made in Asturias" :)

Entre sus virtudes está que son facilísisisimas de hacer (de no ser así una fóbica a la cocina como yo, no estaría escribiendo esto) y que tienen la avellana como base de su composición. Y es que me encantan las avellanas, todos los frutos secos en general, pero las avellanas; mmmmmhhhh..... La historia de su curioso nombre es otra de las cosas que me gustan de este dulce asturiano; podéis leer sobre ello aquí.

Hacerlas requiere tan sólo tres ingredientes: avellana molida, azúcar y claras de huevo. Y para elaborarlas basta con moler la avellana (me gusta comprarlas enteras y molerlas yo misma para dejar la molienda gruesa, con pequeños trocitos, porque me gusta notar el sabor de la avellana al morder), mezclarla bien con el azúcar e ir añadiendo las claras de huevo para conseguir una masa blanda o como yo digo:"jugosona".

En cuanto a las proporciones, básicamente puede decirse que hay que usar la mitad de azúcar que de avellana, e ir añadiendo entonces las claras cuyo número irá en función de esas cantidades y del tamaño de los huevos. Yo prefiero no ceñirme a un número de huevos en concreto, y voy añadiendo hasta conseguir la textura idónea. Luego hago bolitas con las manos y las voy colocando sobre papel pergamino directamente en la bandeja del horno. Y antes de meterlas al horno, previamente pre-calentado a 180ºC, las chafo un poquito por arriba con la mano para darles la forma definitiva. Luego bastan 20 minutos de cocción hasta que doren y dejarlas enfriar para que estén listas.

Como referencia os diré que para esta hornada usé las siguientes cantidades: 550 gr de avellana molida, 250 gr de azúcar y 4 claras de huevos tamaño L, y me salieron 34 unidades. Aunque podéis encontrar muchas otras sugerencias si buscáis la receta en internet.

Este es su aspecto antes de hornear; apreciáis la "jugosidad" de la masa?

Y éste al salir del horno: Doraditos y crujientes por fuera, y tiernos y jugosos por dentro.

Os aseguro que están deliciosos!

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